DICTADURA MILITAR, TERRORISMO DE ESTADO Y NEOLIBERALISMO (1976 - 1983)
La organización popular y sus variadas manifestaciones de lucha en contra de las injusticias y desigualdades, la formación de guerrillas que tenían como modelo la Revolución Cubana u otras experiencias alternativas al capitalismo, eran procesos que no sólo agitaban la realidad argentina. Situaciones similares se vivían desde principios de los años 70, en Chile, en Uruguay y en otros países de América Latina. La respuesta del gobierno de los Estados Unidos y de los grupos y clases que en cada uno de los países latinoamericanos le eran afines, no se hizo esperar. Distintos golpes de Estado abrieron el paso a regímenes dictatoriales que, con el apoyo de Estados Unidos, pusieron en marcha procesos de represión ilegal, que a la vez se coordinaban regionalmente en el llamado Plan u Operativo Cóndor.
En la Argentina, ante la evidencia de que el gobierno de la viuda de Perón no podía garantizar la aplicación de un programa neoliberal, ni era capaz de disciplinar a los trabajadores ni tampoco detener el avance de las organizaciones guerrilleras, los grupos capitalistas más poderosos en alianza con las fuerzas armadas (y con el apoyo del gobierno de Estados Unidos), decidieron el desplazamiento del gobierno constitucional. El 24 de marzo de 1976, las fuerzas armadas tomaron nuevamente el poder del Estado de manera ilegal. Los comandantes de las tres fuerzas, Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Ramón Agosti, reunidos en Junta militar, establecieron una dictadura a la que llamaron "Proceso de Reorganización Nacional”. El pueblo argentino ingresaba en una de las etapas más tristes y oscuras de su historia.
Las primeras medidas tomadas por la junta del gobierno de facto (así se denomina a los gobiernos impuestos sin elecciones democráticas) estuvieron destinadas a sustraer los derechos y las garantías de la población. El Estado, supuesto protector de la ciudadanía, se transformaría en su prin. cipal agresor. Se disolvió el Congreso, se reemplazó a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y a los procuradores generales de la Nación y el Tesoro, se prohibió la acción sindical, se suspendió el derecho a huelga, se declaró el estado de sitio permanente, se prohibió el accionar de todos los partidos políticos y se intervinieron las Universidades. Los cargos de gobierno se repartieron entre los miembros de las tres fuerzas. Mientras tanto, comenzó a desplegarse el plan sistemático de exterminio de todo aquel que fuera considerado un peligro, un subversivo, es decir de todo ciudadano sospechoso de estar en contra de la “civilización occidental y cristiana”. Durante siete años, el Estado ejerció la violencia contra sus ciudadanos, violando sistemáticamente los derechos humanos de las personas y produciendo un genocidio. El Estado, en teoría garante de las leyes y los derechos civiles, dejó a la población desprotegida.
Las acciones directas en contra de los “sospechosos” de subversión fueron una parte del plan; éste se completaba con el establecimiento de un sistema de terror, generador de miedo, de autocensura y paralizador de cualquier tipo de reacción civil. Las víctimas del genocidio fueron personas ligadas a distintos espacios de militancia. Sin derecho a un juicio por sus actos, fueron violentamente exterminadas y desaparecidas. El plan de exterminio recayó sobre la clase obrera, pero también sobre estudiantes secundarios y universitarios, religiosos, políticos, artistas, intelectuales, docentes, abogados, científicos, periodistas y miembros de organizaciones sociales y organismos de derechos humanos. La mayoría de las víctimas tenían entre 15 y 35 años. Pero también fueron víctimas niños y bebés que, secuestrados o nacidos en cautiverio, se los alejó de sus familias biológicas y se les robó la identidad, siendo entregados a otras familias que, en muchos casos, conocían su procedencia.
No se trató de acciones desorganizadas e incoherentes. Hubo planificación. Hubo un sistema puesto al servicio del secuestro, la tortura y el asesinato. Desde los más altos jefes militares hasta los rangos más bajos de las fuerzas represivas, todos estuvieron implicados en un programa de exterminio con pautas y formas de acción. Los encargados de la primera instancia del plan eran los grupos de tareas que llevaban a cabo el primer paso: el secuestro. Ocultos cobardemente bajo vestimenta civil, estos grupos extraían a sus víctimas de sus hogares o de sus lugares de trabajo 0 estudio. En algunos casos, se llevaban sus pertenencias y hasta sus hijos. El segundo paso era la llegada del secuestrado a un centro clandestino de detención: los campos de trabajo forzado y de exterminio establecidos para concretar el plan. El tercer paso era la tortura en búsqueda de datos y declaraciones. El cuarto paso, generalmente implicaba el trabajo forzado, torturas
mediante. Por último, el asesinato. Las mujeres embarazadas que fueron secuestradas, fueron violadas, golpeadas y, cuando sus niños nacían, eran separados de ellas y apropiados. Según el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas creada en 1983 por el presidente democrático Raúl Alfonsín, hubo 340 centros clandestinos de detención (hoy se calcula que fueron alrededor 500) diseminados a lo largo y ancho del país: la Escuela de Mecánica de la Armada [ESMA]J, el Olimpo, la Perla, el Pozo de Banfield, el Vesubio, la Escuelita de Famaillá, entre otros.
El sistema de desaparición de personas fue exportado a otras partes del mundo. Los represores argentinos se jactaban de la eficacia del método para combatir al enemigo ideológico. La desaparición sin juicio o explicación alguna, dejaba a los familiares de las víctimas vulnerables y absolutamente desprotegidos, al tiempo que generaba miedo y parálisis en toda la sociedad. El método consistía en negar pero también mostrar algo de lo que sucedía para generar espontáneamente el retraimiento de cualquier actitud crítica o de denuncia.
La parálisis social fue un logro parcial. Los familiares de los desaparecidos, también víctimas, comenzaron a buscar a sus parientes y amigos. En 1977, un grupo de madres tuvo el coraje de enfrentar a los responsables. Recorrieron hospitales, comisarías, cuarteles, pidieron audiencias con los miembros de las juntas. Cansadas de no obtener respuestas y superando el miedo; movidas por el dolor pero también por el amor y el respeto por sus hijos y nietos, comenzaron a juntarse frente a la Casa de Gobierno, en la Plaza de Mayo. Dieron vueltas a la Pirámide de Mayo, reclamando la aparición de sus hijos. De ese modo, nació uno de los organismos de derechos humanos más importantes del mundo: la Asociación Madres de Plaza de Mayo. El pañuelo blanco que colocan sobre sus cabezas simboliza los pañales de sus hijos. Muchas de estas madres dieron la vida en esa lucha. Algunas corrieron el mismo destino que sus hijos. Las que sabían que sus hijos o hijas estaban a punto de ser padres, es decir, las que sabían que tenían nietos desaparecidos, se organizaron en la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo que hasta el día de hoy continúa con fuerza, militancia y amor, la búsqueda de los nietos.
Acompañando a las Madres y Abuelas, muchos organismos de derechos humanos se pusieron al frente de las denuncias y de la búsqueda, como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el Centro de Estudios Legales y Sociales, el Servicio de Paz y Justicia. Colaboraron desde adentro y apelaron también a la ayuda de organismos que se fueron formando en países extranjeros. Junto con ciudadanos argentinos -expatriados que habían logrado escapar del país- se pusieron al frente de las denuncias en embajadas, gobiernos extranjeros y organismos internacionales, haciéndole saber el mundo acerca de la represión ilegal.
La ilegalidad también se trasladó a los medios de comunicación; el aparato mediático nuevamente amparaba a quienes aterrorizaban al pueblo. Vale mencionar que durante este período se concretó la venta de Papel Prensa, la empresa argentina que se dedicaba a la producción de papel de diario. Los antiguos dueños de Papel Prensa fueron presionados -secuestros y torturas mediante- por corporaciones económicas en connivencia con hombres de la Junta militar, para que vendieran a vil precio las acciones de la empresa. Favorecieron de esta manera, el desarrollo de monopolios mediáticos que, desde entonces, avanzan en el intento de incidir en la opinión de la ciudadanía en forma favorable a sus intereses.
En 1978 se llevó a cabo el Mundial de Fútbol en nuestro país. La dictadura gastó millones de dólares en la formación del Ente Autárquico Mundial, encargado de la organización del campeonato. Buscaba distraer, entretener y convencer a la población de que el “Proceso de Reorganización Nacional” era necesario para la salud de la patria. Era además la ocasión para orquestar una campaña internacional de “limpieza” de su imagen, aduciendo que quienes hacían denuncias sobre violación a los derechos humanos en el extranjero eran cómplices de la subversión y llevaban a cabo una campaña “anti-argentina”. Esta “lavada de cara” del sistema represivo, no sólo fue llevada a cabo por los jerarcas militares; fue acompañada por periodistas y conductores de televisión mediante la difusión del mensaje “Los argentinos somos derechos y humanos”. El apoyo a la campaña “Los argentinos somos derechos y humanos” evidenció la complicidad de algunos sectores de la sociedad civil con la dictadura. Mientras ella se desarrollaba y en medio de los festejos por la victoria de la selección nacional en el campeonato, miles de personas eran víctimas de secuestro, cárcel y las más terribles torturas.
ACTIVIDADES
El 24 de marzo de 1976 se produjo un golpe de Estado que instaló otra dictadura cívico-militar. En referencia a este período, resuelva las siguientes consignas:
a. ¿Qué grupos civiles apoyaron el golpe? ¿Qué lugares de responsabilidad ocuparon en el gobierno dictatorial? ¿Por qué hablamos de dictaduras cívico-militares?
b. ¿En qué consistió el terrorismo de Estado? ¿Por qué se afirma en el texto que no se trató de acciones desorganizadas e incoherentes, sino de un plan sistemático organizado desde el Estado?
C. En el texto se sostiene además que el Terrorismo de Estado tenía como objetivo no sólo actuar contra los “sospechosos” de subversión sino también establecer un sistema de terror, que generara miedo, autocensura y que paralizara cualquier tipo de reacción de los ciudadanos. ¿Por qué cree usted que la dictadura habrá querido sembrar miedo, autocensura y parálisis en toda la sociedad?
d. ¿Logró la dictadura paralizar a la sociedad, inhibir sus reacciones? ¿Quiénes encabezaron la resistencia a la dictadura?
E. El Mundial de Fútbol de 1978 fue utilizado por la dictadura para tratar de mostrar al mundo que en la Argentina no había avasallamiento de los derechos humanos sino que, por el contrario, había un pueblo unido y feliz detrás de su gobierno y de los colores de su bandera. ¿Qué habrán querido significar los publicistas de la dictadura con la consigna “Los argentinos somos derechos y humanos”?
Busque más información en enciclopedias, Internet, libros de texto y revistas sobre las responsabilidades de periodistas, artistas, canales de televisión y medios de comunicación en general con esta campaña. ¿Conoce otros ejemplos de la utilización política del fútbol o de otros deportes populares? ¿Cuáles? ¿Qué opina sobre el tema? Fundamente su respuesta y escriba un breve texto con sus reflexiones.
La otra cara de la represión. El plan económico
Habiendo prohibido toda acción gremial y extendido el terror en toda la sociedad, la clase dominante tenía las manos libres para aplicar un plan económico neoliberal que se proponía eliminar las protecciones a todas las actividades económicas consideradas ineficientes (como la pequeña y mediana industria de capital nacional, disciplinar a los trabajadores generando ciertos márgenes de desempleo y achicar el Estado, eliminando muchas de sus funciones regulatorias. Quien estuvo a cargo de aplicar este plan económico fue el ministro de Economía, José Alfredo Martínez Hoz.
Martínez de Hoz, defensor de las políticas neoliberales, sostenía que los conflictos del país estaban ligados a un Estado que, a pesar de los intentos realizados desde 1955, aún mantenía una alta intervención en la economía, y que -a su entenderera ineficiente y derrochador de dinero. La crisis que padecía la Argentina era explicada además por el nuevo ministro de la dictadura, como producto de una clase trabajadora muy rebelde y demandante, que debía ser disciplinada. Era el mercado el que debía ocuparse de la economía mientras al Estado le tocaba la tarea de “calmar” la protesta y garantizar el orden. La represión era la herramienta necesaria para llevar a cabo el modelo económico. La economía debía estar “abierta” al capital extranjero; el Estado no debía interferir con la regulación de precios, salarios y protección a la industria nacional.
José Alfredo Martinez de Hoz (en la foto, jurando como ministro de Economía) era integrante de una poderosa familia de terratenientes pampeanos. Había formado parte del directorio de grandes compañías como Acindar y Pan American Airways. Antes del golpe de Estado,
Martínez de Hoz era titular del Consejo Empresario Argentino, una organización que reunía a representantes de las más importantes empresas rurales e industriales del país, inclusive a las de capital extranjero.
Tendencias del capitalismo mundial: crisis del petróleo y neoliberalismo
Durante la década del 70, el capitalismo vivió una fuerte crisis económica ligada al aumento del precio del petróleo, principal fuente de energía de la economía mundial. Esta situación llevó a la mayoría de los países centrales a un fuerte proteccionismo de sus economías al tiempo que recobraban fuerza los postulados neoliberales con un nuevo protagonista a la cabeza: el sector financiero. El neoliberalismo suponía un nuevo paradigma productivo basado en el avance tecnológico, la utilización de la informática y la robótica, la flexibilización de los procesos productivos en función de la demanda y la “producción racionalizada” basada en la menor utilización de mano de obra. Las decisiones de políticas económicas antes llevadas a cabo por los Estados, debían ser liberadas a las reglas del mercado. Para ello había que limitar las capacidades regulatorias de los Estados, achicarlos, transferir a la esfera privada las empresas estatales (de luz, gas, agua, teléfonos, etc.), así como eliminar o restringir notablemente los derechos de los trabajadores, para asegurar mayores ganancias y mayor libertad de acción a los capitalistas.
La política económica de Martínez de Hoz favoreció la entrada de productos importados, lo que generó un masivo cierre de fábricas nacionales y un aumento significativo de la desocupación. La situación de las industrias se agravó con la caída del consumo causada por los bajos salarios de los trabajadores. Se iniciaba así un fuerte proceso de desindustrialización, alentado además por las medidas tomadas en el plano de las finanzas. En este campo, el ministro buscó facilitar la operatoria del sector financiero para atraer las inversiones extranjeras. Pero, en realidad, los capitales que llegaron, en lugar de volcarse a actividades productivas, se localizaron en las finanzas, haciendo crecer enormemente el número de bancos y de entidades financieras. La compra y venta de dólares, la colocación de dinero a plazo fijo y los elevados intereses convertían al negocio financiero en una fuente de cuantiosas ganancias, mucho más redituable que lo que podía obtenerse en el sector productivo de la economía. El dólar barato, accesible sólo a las clases medias altas y a los más ricos, incentivaba viajes al exterior y las importaciones de productos de lujo. Mientras tanto aumentaba la necesidad de dólares para sostener el juego especulativo, los viajes al exterior y un volumen creciente de importaciones. Dado que no se producía simultáneamente un crecimiento de nuestras exportaciones que permitiera obtener a través de ellas los dólares que se requerían internamente, la “solución” fue el endeudamiento externo.
Durante la dictadura militar, la deuda externa pasó de aproximadamente 6.000 millones de dólares a más de 40.000. Este crecimiento exorbitante benefició a grandes empresarios que se dedicaron a sacar beneficios con la especulación financiera. Grupos empresariales del sector privado se enriquecian al tiempo que el Estado se endeudaba y el país entero se empobrecía y se desindustrializaba. El enriquecimiento de unos pocos generó así la pobreza de millones. Podríamos decir entonces que el genocidio no sólo alcanzó a un sector movilizado de la sociedad a través de la aplicación del terror de Estado. El genocidio fue también económico y social, ya que por la aplicaciónde estas políticas económico-sociales antipopulares -profundizadas en los años subsiguientes una buena parte de la población se quedó sin trabajo, empobreció, padeciendo consecuencias aún perceptibles en el tejido social de la Argentina.
El gasto público en servicios sociales como salud, educación y jubilaciones se redujo al mínimo mientras crecían los gastos del Estado en armamentos [con la excusa de la guerra contra la subversión y otras convocatorias nacionalistas, como una guerra que casi estalla con Chile, y en la construcción de autopistas y estadios para el mundial de fútbol.
En 1981, Videla y el ministro Martínez de Hoz abandonaron sus cargos y asumió la presidencia el general Roberto Viola, quien gobernó hasta fines de ese año. Lo reemplazó el general Leopoldo Fortunato Galtieri. Poco tiempo después, en marzo de 1982, la organización que nucleaba a los trabajadores organizados, la Confederación General del Trabajo (CGT), convocó a una manifestación a la Plaza de Mayo para reclamar "Pan, paz y trabajo”. Fue ferozmente reprimida, pero por su importante convocatoria y, además, por el sólo hecho de haberse convocado, era una expresión de que algunos sectores de la sociedad comenzaban a vencer el miedo y a movilizarse.
*ACTIVIDADES*
1 ¿Qué proponía el proyecto neoliberal representado por el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz?
2 ¿Cómo se relacionaba este proyecto con las tendencias del capitalismo internacional luego de la crisis del petróleo de 1973? ¿Cuáles eran sus puntos en común?
3 ¿Qué medidas aplicó Martinez de Hoz y con qué resultados? ¿Qué pasó con la industria y en general con todo el sector productivo? ¿Quiénes fueron los beneficiarios y los perjudicados de la gigantesca especulación financiera en que se sumió el país en estos años?
4 ¿Por qué se afirma en el texto que el genocidio no sólo alcanzó a un sector movilizado de la sociedad a través de la aplicación del terror de Estado, sino que también fue económico y social?
Tema: Las nuevas ideologías en el contexto mundial del siglo XIX. Liberalismo vs. Socialismo. En la clase de hoy analizaremos el desarrollo de dos ideologías que se desarrollaron o consolidaron durante el siglo XIX y que, en algún punto, perduran en la actualidad: el liberalismo y el socialismo. A partir de una breve introducción retomaremos los principales rasgos del contexto económico, político y social del siglo XIX. Luego analizaremos el concepto de "Mercado" para avanzar, a continuación, con las principales características del liberalismo y el socialismo marxista. Luego del análisis de videos y textos, realizaremos unas actividades que se encuentran al final de la clase. ___________________________________________________ CONTEXTO ECONÓMICO, POLÍTICO Y SOCIAL DEL SIGLO XIX ____________________________________________________ EL MERCADO: DEFINICIÓN Y FUNCIONAMIENTO _________________________________________________________________ LAS N
TEMA: La Guerra de la independencia, los conflictos internos y la fragmentación de la Nación Latinoamericana. Recreación del combate de San Lorenzo, primer triunfo militar del cuerpo de granaderos y única batalla librada por San Martín en el actual territorio argentino. I NTRODUCCIÓN En esta clase vamos a estudiar el período de la GUERRA DE INDEPENDENCIA que se desató a partir de las revoluciones de 1810. Período que concluyó con la expulsión definitiva de los españoles en la batalla de Ayacucho de 1824 (actual Perú). La guerra de la independencia fue un proceso continental que involucró a americanos de distintas grupos sociales(criollos, mestizos, indígenas, mulatos) y se desarrolló en la mayor parte de los territorios americanos que se encontraban bajo dominio español: desde México en el norte, hasta el centro de nuestro actual territorio, en el sur. En 1810 se produjeron levantamientos revolucionarios en Buenos Aires (Virreinato del Río de la Plata),
TEMA: 1820 -1852. Las autonomías provinciales y las economías regionales. Edificio actual de la sede de la Aduana argentina, ubicada en la ciudad de Bueno s Aires . Sus impuestos han constituido una fuente clave de ingresos de nuestro territorio a lo largo de toda la historia. La distribución de sus ingresos entre las provincias y las políticas aduaneras aplicadas, principalmente librecambistas, fueron una causa central de los conflictos entre Buenos Aires y el resto de las provincias durante el período que analizaremos en esta clase. _________________________________________________________________________________ ¡Hola! ¿Cómo andan? En esta nueva clase vamos a estudiar la situación de las provincias del Río de la Plata (actual territorio de Argentina) entre 1820 y 1852. Analizaremos las principales características políticas y económicas. A continuación veremos unos vídeos explicativos, luego leeremos unos textos para analizar y finalmente realizaremos actividad
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