El modelo agroexportador
EL MODELO AGROEXPORTADOR
Nuestro país se incorporó a mediados del siglo XIX a la División internacional del trabajo como productor de materias primas. La relación comercial principal se estableció con Inglaterra. Dada la concentración de la tierra en pocas manos, la falta de mano de obra y de tecnología, los terratenientes argentinos se dedicaron en principio a la producción ganadera: principalmente, se exportaba lana de oveja, cueros y carne conservada con sal. Más adelante, el país se especializará en la producción de cereales y carnes refinadas.
La producción argentina se ubicaba en una situación de dependencia respecto de las necesidades económicas de los países centrales, los que establecían precios y, con su demanda, definían tipos de producción. Por ejemplo, cuando hacia mediados del siglo XIX, Europa demandó lanas para su industria textil, los terratenientes nacionales dedicaron todos sus esfuerzos a la cría de ganado ovino. Luego, Europa comenzó a demandar cereales y las provincias de la zona pampeana privilegiaron su producción. Finalmente, la demanda de carnes y las posibilidades de transporte que representó el barco frigorífico llevaron a los productores nacionales de esas provincias a convertir la cría de ganado vacuno en la principal actividad junto a la producción cerealera.
Los ingleses no sólo se beneficiaban con la venta de sus productos em nuestros mercados; también ganaron mucho dinero a través de inversiones de capital, que colocaron en:
- Inversiones directas en empresas ferroviarias, frigoríficos, tranvías y bancos.
- Inversiones indirectas, es decir préstamos al Estado nacional para realizar obras de infraestructura, como los trazados de las vías de los ferrocarriles, la modernización del puerto, la compra de telégrafos y su instalación, la modernización de algunas ciudades con la instalación de redes cloacales y aguas corrientes, y la construcción de avenidas, edificios públicos, etcétera.
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